La rotura del embrague es una de las averías más temidas por la mayoría de los conductores. Te contamos cinco trucos muy sencillos, pero que te permitirán alargar su vida al máximo.

El embrague del vehículo es un elemento que sirve para acoplar y desacoplar el movimiento del motor a la caja de cambio. Lo acciona el conductor a través de un pedal; de modo que es uno de los factores que más influyen en desgaste. Te mostramos cinco trucos para alargar su vida al máximo.

1.- Arranca acelerando con suavidad: El tráfico urbano, las arrancadas en cuesta y las maniobras de aparcamiento son los momentos en los que más sufre el embrague. Por eso, lo ideal es intentar iniciar la marcha soltando el pedal de embrague progresivamente y acelerar sin que el motor supere las 1.200-1.300 rpm.

2.- Pon el pie izquierdo en el reposapiés: Algunos conductores circulan con el pie izquierdo apoyado sobre el embrague; algo que acorta considerablemente su vida útil, ya que están haciéndolo patinar de forma continua; de modo que podrían quemarlo en muy pocos kilómetros.

3.- Pisa a fondo el pedal de embrague: Siempre que cambies de marcha debes pisar el pedal del embrague a fondo. Si no lo haces, al cambiar de marcha someterás al sistema a unas fricciones excesivas y el acople de las marchas no será todo lo suave que debiera -incluso podría llegar a rascar-; algo que acortará considerablemente su vida. Esto es especialmente importante ya que tras recorrer 10.000 kilómetros de tráfico urbano; podrías haber cambiado de marcha más de 50.000 veces.

4.- Pon punto muerto en los semáforos: Si al detenerte en un semáforo o en un trancón mantienes el embrague pisado con la primera marcha engranada estarás sometiendo al embrague a un esfuerzo innecesario; algo que provocará un desgaste prematuro. En estos escenarios, lo más recomendable es situar la palanca del embrague en punto muerto y, claro está, no pisar el embrague.

5.- Jamás sujetes el vehículo con el embrague: Ten en cuenta que si en una pendiente estás sujetando el carro con el embrague, estarás sometiendo a los componentes del embrague a una fricción innecesaria que acortará su vida útil. En este escenario, lo mejor es sujetar el auto con los frenos y, cuando tengas que arrancar, hacerlo tratando  que el embrague patine lo mínimo posible.

 Fuente: https://www.autofacil.es