Entre las variantes de alto rendimiento de todos los fabricantes de automóviles no es extraño ver pinzas de freno de todos los colores, especialmente en tonos rojos, azules e incluso dorados. Sin embargo, hace algún tiempo se puso de moda la práctica de pintar las pinzas de freno entre aquellos que querían darle a su vehículo un aspecto algo más racing, y lejos de acudir a un taller especializado a que les hicieran el trabajo, muchos optaron por comprar un spray de medianamente buena calidad y hacer el trabajo ellos mismos.
Esto queda muy bonito detrás de unas grandes y esbeltas llantas multirradio, e incluso en las motos, no nos olvidemos de ellas, pero también acarrea graves peligros que, personalmente, no le recomendaría a nadie correr sólo por tener un automóvil o una moto algo más pintona y ahorrarse